Cómo hacer tu pedido personalizado paso a paso

¿Tienes una idea especial? Te explicamos en menos de un minuto cómo encargar tu pedido personalizado y enviarnos tus imágenes fácilmente. ¡Es más fácil de lo que crees!

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Nuestra Historia

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El abrigo rebelde de Mini y Mickey

Todo iba bien: un abrigo suave, bordado con Mini y Mickey para el cumple de una peque de 2 años. Fácil, ¿no? Pues no.

Mini salió divina. Mickey… no tanto. En el primer intento parecía más un ratón trasnochado que el simpático de Disney. Nos reímos tanto que casi lo dejamos como “versión alternativa”.

Tras un par de ajustes (y varios cafés), el abrigo quedó precioso. La niña lo vio y gritó: “¡MÍO!” como si fuera oro puro. Y así fue como un bordado rebelde se convirtió en el regalo perfecto.

¡Encargos personalizados, risas incluidas!

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Stitch, la botella y la mini cartera con actitud

Este pedido parecía tranquilo: una botellita con Stitch y una mini cartera a juego para una niña fan del travieso azul. Fácil. Rápido. ¿O no?

Todo iba bien hasta que al imprimir a Stitch se nos fue la mano con el tamaño. El primero que salió parecía listo para protagonizar una película de acción. ¡Ocupaba media botella! Lo miramos y dijimos: “Bueno… Stitch creció”. 😂

Corregimos el diseño, le dimos su tamaño tierno y justo cuando terminamos la cartera, alguien comentó: “¿Y si le ponemos orejitas?”. Spoiler: se las pusimos. Pequeñas, suaves y adorables. Resultado: un dúo Stitch tan cuqui que casi no lo entregamos de lo bonito que quedó.

Conclusión: si Stitch llega a tu pedido, prepárate para travesuras y ternura a partes iguales.

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Camiseta rota… pero guanche

Hay camisetas que no se olvidan. Y esta clienta lo tenía claro: la suya, con unas figuras guanches rarísimas (de esas que solo ella entendía), era su favorita del mundo.

Tanto la usó… que un día se rompió. 😱 Tragedia. Drama. “¡NECESITO otra igual!”, nos dijo, con tono casi sagrado. Solo nos pasó una foto y el mensaje: “Recreadla. ¡Por favor!”

Y ahí fuimos, descifrando siluetas guanches como si estuviéramos en un museo. Algunas parecían marcianos, otras bailando... pero lo conseguimos. ¡Clavada!

Cuando la vio, casi llora. “¡Es ella! ¡Mi camiseta etnoguanchística favorita ha vuelto!”. Palabras textuales.

Ahora sabemos: si algo lleva esencia guanche… ¡hay que tratarlo con respeto (y mucho mimo)!

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